Retrato de un perdedor

"El Luchador" supone la resurrección del "amante de los excesos" Mickey Rourke. No les voy a engañar, a Rourke nunca me lo tomé demasiado en serio como actor, yo creo que ni él mismo se tomó en serio ni su carrera ni su persona. Sin embargo hace unos años quedé muy satisfecho con su interpretación de Marv en "Sin City" y ahora me ha ganado definitivamente con esta película por la que debió conseguir el Oscar.

Iba al cine un poco "mosca" al tener que salir de la "almendra madrileña" para verla, después de haber sido estrenada hace poco más de dos semanas. Pero no me defraudó, a diferencia de la mayoría de los asistentes a la proyección, yo sabía lo que iba a ver y fue, como titulo este post, el retrato de un perdedor, sin más artificio ni alharacas. Rourke hace muy creíble al personaje y más aún si se conoce un poquito de su vida. Interpreta a una vieja y decadente leyenda de la lucha libre llamado Randy "The Ram", que ahora se gana la vida en las ligas regionales compitiendo en gimnasios de mala muerte metiéndose todo lo que pilla p´al cuerpo con el fin de mitigar el dolor físico porque para su dolor interior no se ve capaz de conseguir la cura. Alrededor de él le acompaña la soledad más absoluta, aunque se aferra a una hija a la que abandonó, a un chavalillo con el que juega a la "nintendo" a videojuegos de cuando era una estrella y a Cassady, una stripper para la que cualquier tiempo pasado fue mejor. Cabe mencionar aquí también la magnífica actuación de la sensual Marisa Tomei en este papel.

Intenta dejar la lucha libre cuando su cuerpo le dice basta, pero en ese submundo es una persona respetada, un ídolo, fuera de allí es una persona vulnerable con vista cansada y un sonotone, que despacha mortadela y ensaladas en una charcutería a las órdenes de un irrespetuoso jefe, que tiene una hija a la que no consigue recuperar e incapaz de conquistar a Cassady. Ese es el verdadero dolor de "The Ram" y no las piruetas y golpes de artificio que recibe en el cuadrilátero.

En definitiva "El Luchador" o "The Wrestler", como prefieran, nos muestra la decadencia limpia de polvo y paja y el infierno terrenal a través de la mirada y rostro desgastado de un impresionante Mickey Rourke, magníficamente dirigido por Darren Aronofsky. Si se atreven a ir a verla, disfrútenla.