La Honestidad no es una virtud, es una obligación

miércoles, mayo 27, 2009

Ese chico triste y solitario llamado Antonio


Han pasado ya unos días desde que el pasado 12 de mayo nos dejara Antonio Vega. Siempre le miré con cierta admiración y pena por presenciar tan palpablemente la caída de un referente. Porque fue un artista fundamental para la mayoría de sus compañeros que le idolatraban como "sensible guitarrista y cantante susurrante" (AC dixit). Ojala que allí donde esté encuentre esa paz y tranquilidad que no encontró en esta vida, los genios deben ser así: incomprendidos, sensibles, angustiados, felices a ratos y torturados la mayoría de las veces.

En 2004 publicó un disco llamado "Escapadas" en el que compartía canciones con diversos artistas y también versionaba otros temas. De aquí extraigo una preciosa canción llamada "Romance de Curro el Palmo", sí ya sé que es obra de Serrat pero cantada por Antonio Vega no me digan que no piensan en un chico triste y solitario que se enfrentó a los riesgos de amar por encima de todas las cosas. Descansa en paz Antonio, que aquí ya sufriste por dos vidas.



La vida y la muerte bordada en la boca
tenía Merceditas la del guardarropa.
La del guardarropa del tablao del "Lacio",
un gitano falso ex-bufón de palacio.

Alcahuete noble que al oír los tiros
recogió sus capas y se pegó el piro.
Se acabó el jaleo y el racionamiento
le llenó el bolsillo y montó este invento,
en donde "El Palmo" lloró cantando...

Ay, mi amor, sin ti no entiendo el despertar.
Ay, mi amor, sin ti mi cama es ancha.
Ay, mi amor que me desvela la verdad.
Entre tú y yo, la soledad y un manojillo de escarcha.

Mil veces le pide... y mil veces que "nones"
de compartir sueños cama y macarrones.
Le dice burlona..."Carita gitana,
cómo hacer buen vino de una cepa enana".

Y Curro se muerde los labios y calla
pues no hizo la mili por no dar la talla.
Y quien calla, otorga, como dice el dicho,
y Curro se muere por ese mal bicho.

¡Ay! quién fuese abrigo pa' andar contigo...

Buscando el olvido se dio a la bebida,
al mus, las quinielas...Y en horas perdidas
se leyó enterito a Don Marcial Lafuente,
por no ir tras su paso como un penitente.

Y una noche, mientras palmeaba farrucas,
se escapó Mercedes con un "curapupas"
de clínica propia y Rolls de contrabando
y entre palma y palma Curro fue palmando.

Entre cantares por soleares.

Quizá fue la pena o falta de hierro...
El caso es que un día nos tocó ir de entierro.
Pésames y flores y una lagrimita
que dejó ir la Patro al cerrar la cajita.

A mano derecha según se va al cielo,
veréis un tablao que montó Frascuelo,
en donde cada noche pa' las buenas almas
el Currito "El Palmo" sigue dando palmas.

Y canta sus males por "celestiales".

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