La Honestidad no es una virtud, es una obligación

martes, enero 29, 2008

"Adolfo, Carlos, Candy, Javier, Joserra, Jose y ..."


Ocurrió el sábado 29 de diciembre, a escasos dos días de darle boleto a 2007, en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid.

Tres horas y media antes de que comenzara, tres intrépidos muchachos estaban tomando unas cervezas y algún que otro Bombay-tónica, haciendo planes para la Nochevieja y comentando lo que se nos avecinaba, el fin de gira de "Fito & Fitipaldis".

Antes de que Adolfo y su banda salieran al escenario degustamos unos deliciosos perritos calientes, unas cuantas cervezas más y padecimos a los teloneros elegidos para la ocasión: "Quique González y la Aristocracia del Barrio". No dudo de su calidad como letrista, pero en directo nos dejó sumidos en una profunda apatía, los bostezos no cesaban.
Gracias a Dios después de sufrir una hora al tal Quique aparecieron en el escenario Los Fitipaldis, los cuales con la primera canción "Un buen castigo" borraron todo el apesadumbrado recuerdo de sus antecesores.

Y es que después de más de 100 conciertos, el directo de esta banda es impresionante. No creo que arriesgue mucho si afirmo que actualmente hacen el mejor directo de música en castellano, sí ya sé que no los he escuchado todos, pero tampoco creo que el tío de la Carlsberg haya probado todas las cervezas del mundo.

A parte de las letras, que son poesía todas ellas, quiero destacar el poderío instrumental de la banda de Fito Cabrales, con unos músicos que si no son de los mejores del panorama actual no le andan muy lejos.

A Candy "Caramelo" Avelló (bajo) y a José "El niño" Bruno (batería) ya los conocía de sobra de sus conciertos con Calamaro. El primero de ellos, que próximamente sacará un disco, formó parte de Los Rodríguez. Ambos son los encargados de marcar el ritmo y el tempo en las canciones.

Carlos Raya posee magia bajo la yema de los dedos y eso lo traslada a su poderosa guitarra, sólo o acompañando a Fito, el cual también estuvo magistral en algunos momentos con las seis cuerdas, como en el inicio de "Me equivocaría otra vez".

En el teclado se encontraba Joserra Senperena, trotamundos de la música que hace sonar el instrumento como quiere y cuyo buen rollo contagia al resto del grupo.

Y por último, el que ha sido todo un descubrimiento para mí: Javier Alzola al saxo. El sólo se las arreglaba para dejar a los allí presentes con la boca abierta. No sé qué tendrán los instrumentos de viento pero yo me quedo embobado escuchándolos, ya me pasó con la armónica de Antonio Serrano en la gira "Tinta Roja" del Comandante, y me ha vuelto a ocurrir con Alzola especialmente en el final del tema de "Acabo de llegar" con el que se cerró el show o en el comienzo de "Medalla de cartón", uno de mis temas favoritos.

Por supuesto los allí presentes no olvidaremos al gran Nitrato y su espectáculo.

En definitiva esto es un resumen de un concierto que no decayó en las más de dos horas que duró y que nos descubrió a un puñado de músicos simplemente extraordinarios.

Pero todo esto, para mí, no comenzó el sábado 29 de diciembre...

(continuará)

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