"Baraka!"

Cualquier excusa es buena para reflexionar, lo mismo dá una película, un libro, un mitin político o, como es el caso, una obra de teatro. El caso es encontrarle utilidad a ese tiempo libre que empleas para tí y sacar conclusiones.

Baraka! es una obra de teatro que desde el día que la anunciaron quería verla, no en vano en el reparto aparecían un par de actores muy admirados por mí: Marcial Alvarez (Pope en "el comisario") y Juan Fernández (de lo poquito que se salvaba en "RIS") y otro par no tanto: Juan Carlos Martín (el otrora "intrépido Benavides") y Toni Cantó (...)

Fiel a la política de este blog no desvelaré exhaustivamente la trama, no hace falta para hacer esa reflexión que antes mencionaba. Baraka! trata de 4 amigos que después de 20 años sin verse, coinciden por una serie de circunstancias. Pasado tanto tiempo apenas queda nada de esa amistad, aunque ellos se empeñen en pensar lo contrario al ritmo de una pegadiza canción acompañada de un baile inventado por ellos cuando aún caminaban en la misma dirección.
El grave problema que tiene uno de ellos (Pieter, funcionario gay del ayuntamiento) hace de hilo conductor de la trama. Cada uno de los personajes tiene sus propios problemas y no parecen ver más allá de ellos, es curioso ver como niguno de ellos es capaz de escuchar a los demás en un ejercicio de puro egoísmo.
Un político con problemas (buscados) de pareja, un abogado con problemas (buscados) con las drogas y un director de escena con problemas (buscados) sexuales, son incapaces de dejar de lado lo suyo siquiera por un momento para atender al amigo que, sin buscarlo, está en apuros, empeñados primero en salvar su culo y luego ya veremos, total no hay mal que resista a una cervecita, unas risas, una cancioncilla y un saludo absurdo. Si ésto no basta, el tiempo se encargará de solucionarlo. Pero, ¿que pasa cuando ya no hay solución?

Llámenme anticuado, pero para mi la amistad es algo más que unas risas y unas cervezas, quizá porque en mi escala de valores la amistad está muy alta o quizá porque como dijo aquel, de los 4 pilares básicos de una persona: familia, trabajo, amor y amistad, es éste último el que nunca se ha tambaleado. Casi 15 años de amistad, de confesiones, de malos ratos, de hombros cercanos en los que llorar, de complicidades, de risas, de excesos, de cervezas, de collejas. Y por supuesto 15 años sabiendo escuchar y sintiéndome escuchado. Siempre con una palabra de ánimo hasta en los peores momentos, a veces ni eso, a veces basta con un abrazo en la quinta planta de la discoteca más grande de la ciudad cuando uno no tiene ni fuerzas para volver a casa porque 3 de los 4 pilares se han fisurado a la vez, sabiendo que como el Liverpool "nunca caminaré sólo".

Pocos tengo, más no quiero, me basta con conservarlos como lo que son, un tesoro.