La Honestidad no es una virtud, es una obligación

viernes, octubre 31, 2008

El Palacio de Amaral


Un derroche de talento y buen rollo, una puesta en escena descomunal, unos escenarios muy cuidados y una selección de temas espectacular, llevaron a la aragonesa Eva Amaral a conquistar el Palacio de los Deportes de Madrid anoche.
Ante más de 15.000 incondicionales, demostró como la música puede cambiar el estado de ánimo de las personas.

Celebraba su décimo aniversario desde que empezó en la industria musical y al poco de comenzar el concierto dejó clara sus intenciones: "Hemos venido a poner toda la carne en el asador". Lo consiguieron con creces tras más de dos horas y media de emocionante show. El guitarrista Juan Aguirre arropó a su musa y ambos demostraron el buen momento artístico por el que atraviesan.

Hicieron un amplio recorrido por su repertorio en 29 temas en los que no faltó nada, una buena selección de su último disco "Gato Negro, Dragón Rojo", alguna canción de su primer disco (1998), y por supuesto sus temas más conocidos: "Sin tí no soy nada", "Días de verano", "Estrella de mar", "El blues de la generación perdida".

De todo el recital me quedo con las interpretaciones de "Biarritz", canción de Juan Aguirre cuando allá por los 80 pertenecía al grupo aragonés "Días de Vino y Rosas", de "Es sólo una canción", interpretada también por el guitarrista, y de "Escapar", su versión de 'Slipping away', del americano Moby.

En definitiva fue un concierto muy cuidado y espectacular que llevó a Eva Amaral a derramar alguna lágrima de emoción al final, quizá al echar la vista atrás y recordar el año 1998 cuando ella y Juan llegaron a Madrid con apenas una guitarra y muchas ganas de comerse la ciudad y comprobar ahora como Madrid se entrega incondicionalmente al talento descomunal de esta aragonesa.
¡GRANDE AMARAL!

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miércoles, octubre 22, 2008

Asesinato (in)justo


Un asesinato al talento es lo que ha hecho el director Jon Avnet con los dos máximos exponentes del séptimo arte en su reciente historia, Al Pacino y Robert de Niro.

No digo que "Asesinato Justo" sea mala, ¡Dios me libre de acusar de maldad a una película, con lo que hay por ahí suelto!, lo que digo es que no creo que sea muy sencillo juntar a los dos actores arriba mencionados, pero una vez que se consigue, hacer que aquello no resulte memorable y descomunal, es lo que de verdad me irrita.

Típica película con trampa que si estás un poco avispao te la sabes a los diez minutos del comienzo, mal narrada, con mucho diálogo de medio pelo, en definitiva de esas que no dejan poso después de visionarla. Entretenida sin más, aunque quizá la mayor intriga sea el estar esperando cerca de dos horas a que exploten los dos pedazo de actores, a lo mejor esa era la intriga que quería mostrar el bueno de Jon Avnet y no la de la identidad del que se toma la justicia por su mano (un poco de (saludable) diente por diente).

Cierto es que ni Pacino ni de Niro atraviesan un momento muy fino en sus carreras, "Al" lleva tres películas haciendo el mismo papel (La Prueba, 88 minutos y esta misma) y "Bobby" está pidiendo a gritos ese reencuentro con Scorsese y también el potenciar su carrera de director.

Pero a pesar de este resbalón (no es el primero (Simone, Rocky y Bullwinkle...), ni será el último), seguiré disfrutando con su primer encuentro (debió ser el único) en el diálogo de cinco minutos en "Heat" y con el sinfín de obras de arte en las que han aparecido: El Padrino, El Cazador, Serpico, Uno de los Nuestros, Toro Salvaje, Carlito´s Way, Casino, Sacarface, Una Historia del Bronx, Taxi Driver, El Espantapájaros,... ¿sigo?

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viernes, octubre 17, 2008

17-O


Si hubiera seguido el patrón de encabezamientos de mis cumpleaños, este post debería titularse 11, el 17; porque hace once años se juntaron tres muchachos imberbes con ansias de comerse el mundo, con muchos sueños ávidos de cumplir y decidieron fundar un grupo al que se adhirieron cerca de una decena de similares muchachos.

Pasados once años muchos de aquellos sueños están aún por cumplir, otros sabemos que no se cumpliran, algunos se cumplieron satisfactoriamente y otros que también se hicieron realidad hubiera sido mejor que se hubieran quedado en el mundo de la fantasía.

Casi todos hemos experimentado lo que es estar en la montaña rusa, algunos lo hemos vivido en el último año, otros están allí perpetuamente, pero también hemos disfrutado al asomarnos al precipicio, ¡que coño!.

Nos han dado bien fuerte, también nosotros hemos dado, algunas veces nos hemos roto, pero nunca nos hemos doblado. Ya no somos unos críos y cada vez nos cuesta más cruzar el umbral de las 4 de la madrugada, aunque seguimos resistiendo al paso del tiempo y nos reinventaremos las veces que haga falta.

Algunos hemos superado nuestro miedo a volar y hemos salido de la almendra, conquistando nuevas tierras y dejando nuestro grito muchachesco allá donde nos encontráramos.

Pero lo importante es que hoy volveremos a ser esos imberbes por una noche y brindaremos una y otra vez por la victoria, por el empate y por el fracaso, porque en esas tres sensaciones lo importante es que hemos estado juntos. Y alzaremos nuestras copas en nuestro bar de referencia convertido para la ocasión en lujoso restaurante de postín y chocaremos nuestros vasos al grito de:

Laaaaaaaa, lará, lará, lará, lará,
Laaaaaaaa, lará, lará, lará, lará,
Diesiete O
Diesiete O
Dieeeeeeeeeeeeeesiete Oooooooooooooooooo

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