La Honestidad no es una virtud, es una obligación

miércoles, abril 23, 2008

Haikús primerizos


Gemela

Belleza doble
la primera inocencia
inolvidable


Pureza

Belleza pura
licor de color rojo
un grave desliz


Obsesión

Experta musa
lujuria en sus labios
arte de mentir


Crueldad

Dulces mentiras
un ego infinito
pérdida mutua


Futuro

Encuentro casual
alegría y juventud
la esperanza


(gracias Pete por descubrírmelos, sé que no son unos haikús muy académicos, pero son los míos)

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lunes, abril 21, 2008

"Ristos"


Enciendo mi aparato de televisión y allí está, detrás de unas gafas oscuras, con el pelo más corto que hace un tiempo, pero con la misma cara de soplapollas y los mismos comentarios de antaño, discursos que sólo puede hacer un desalmado al que le pagan, y por lo visto muy bien, por ser eso, un soplapollas macarra del tres al cuarto. Cometo la imprudencia de no cambiar de canal y me topo con uno de sus monólogos que hacen que se me revuelva el estómago y sienta pena de que gente de esa calaña triunfe a costa de ese tipo de actitudes.

Porque Ristos Mejides hay muchísimos, no sólo el "caretón" de telecinco. Quién no ha tenido que padecer a un jefe déspota que te trata como a una mierda porque él es el que paga. O quién no ha tenido un profesor en la Universidad con un ego tan inmenso que no cabía en toda la Ciudad Universitaria que humillaba día tras día a sus alumnos porque él es un semidios al que no se le puede toser. O quién no ha tenido (o tiene) a una prima (o un primo) de Murcia que se cree la reina (o el rey) del mambo y con la que hay que bailar siempre al son que ella (o él) marque.

Estos Ristos de pacotilla se amparan en un supuesto éxito personal, en una sinceridad extrema y en actuar por el bien de su víctima, avasallando allá por donde pasan y haciendo suya la frase "caiga quien caiga, mientras yo me quede a gusto". Me pregunto yo si esa forma de actuar está reñida con la sensibilidad, la buena educación y el buen gusto... parece ser que si.

A mi estos presonajes que en tan alta estima se tienen a ellos mismo, me producen naúseas y trataré de huir de ellos como lo hago de los gatos negros. Por suerte la mayoría de la gente no es así, como diría el propio Risto: "es un producto que ya no vende". Que desaparezcan todos después de un gran aturdimiento al escuchar su propia voz y nos dejen en paz.

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martes, abril 15, 2008

"Chema el panadero"


Se llamaba Juan Ramón Sánchez, en los años 70 formó un grupo musical, Red de San Luis, en los 80 participó en la serie infantil de más éxito de la historia de televisión (en aquella época no había Tomates ni nada por el estilo), Barrio Sésamo, posteriormente apareció en un buen puñado de series de éxito e incluso en películas, una de ellas dirigida por Almodóvar y otra protagonizada por la bellisima y mito erótico de quien les escribe, Uma Thurman.

Su vida disoluta le hizo ganarse el apelativo de "Chema el panadero farlopero". Pero hoy olvidémonos de sus excesos cometidos y rindamos homenaje al "Chema el panadero de Barrio Sésamo", pues hoy mismo nos ha dejado a los 51 años de edad.
El panadero rubiales se convirtió en un referente de los de mi generación (finales de los 70), al ritmo de una pegadiza canción que decía:

"Panadero soy,
porque sé hacer pan,
y otros con placer,
se lo comerán"


Valgan estas líneas para recordar al panadero enrrollao, ese tipo de mediana edad que tan bien se llevaba con los más peques y que nos recordaba al típico tío buenazo que todos tenemos o hemos querido tener.

Descanse en paz Chema el panadero

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domingo, abril 13, 2008

La chica del plumas rojo


La inocencia de apenas 20 años vividos, una imagen hay en mi interior de una chica bajando una larga calle a las 8 de la mañana todos los días de invierno con un plumas rojo. Si el destino quería yo la vería a lo lejos y sería la mejor manera de comenzar un día. Su inocencia, su pureza, su alegría y su bondad que me dejó compartir.

¿Existió realmente?, creo que sólo en mi cabeza, no hay sitio en esta ciudad para corazones tan inmensos. No pudo existir, es más, no quiero que haya existido, porque de lo contrario ¿como es que hace ya tanto tiempo que no la siento cerca?.

Fue sólo un sueño, eso es, un sueño, trato de convencerme de que sólo fue eso. Un sueño que se repitió día tras día bajando una calle a las 8 de la mañana. Pero es curioso que después de tantos años siga recordándolo, además hoy por ser el día que es...

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miércoles, abril 09, 2008

Patrones de repetición: Tal día como hoy...

Ya son 8 los días iguales a hoy.
El año pasado me quedé sin palabras,
pero aunque ya no estés,
sigo celebrando aquel 2000.
Detrás vendrá...

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sábado, abril 05, 2008

Un día en las carreras


Eran estas fechas, más o menos, la primavera venía temprana ese año y decidieron abrir el hipódromo más pronto de lo habitual. Así que no encontramos mejor plan para un domingo que acudir a las carreras.

Mi primo tenía allí un contacto, Pimpón, que nos colaría y nos enseñaría todos los entresijos de las carreras, ¡qué bueno es ir acompañado por alguien tan bien relacionado!.

Al llegar allí Pimpón nos mostró todos los caballos y nos dió un soplo para la tercera carrera. "Apostad por Bucéfalo" nos dijo, "es un caballo que poca gente conoce y os dará buenos réditos de 100 veces, 100.
Sin embargo mi primo y yo nos quedamos prendados de otro animal, ¿cómo se llama ese?, pregunté, "Lunático", me respondió. Aquel nombre me trajo a la mente al mítico caballo de Gardel. Sus ojos miraban de forma diferente, una mezcla de orgullo y de miedo, era un animal, pero su mirada parecía humana. ¿A cuánto se paga éste, Pimpón?, 5 a 1 me dijo, tiene posibilidades pero lleva mucho sin competir.

Llámenme loco, pero decidí apostar todo lo que llevaba encima por "Lunático", no creo que estuviera buscando fortuna, más bien era un gesto de confianza a una corazonada. Al llegar a las taquillas saqué "el taco" ante la incredulidad del boletero que me miró como con pena.

Tras dos carreras por fin llegó el momento de Lunático, con mis anteojos podía ver esa misma mirada de suficiencia y pánico a la vez. La salida fue muy buena llegando a la primera curva con dos cuerpos de ventaja sobre Bucéfalo. El triunfo parecía asegurado, apenas quedaban 50 de los 402 metros de los que constaba la prueba, sin embargo en el último giro Lunático parecía como si se quedara sin fuerzas, a escasos metros de la meta fue rebasado, perdiendo por una cabeza.
Lunático y yo, nos quedamos a una cabeza de la gloria, ¡que lindo hubiera sido para ambos!.

Al salir del hipódromo nos pasamos de nuevo por las cuadras, allí estaba mi caballo perdedor, sólo, triste, su mirada había deshechado lo altivo, nunca olvidaré aquellos ojos marrones, me miraban como pidiéndome disculpas, sintiendo haberme defraudado.
Yo sólo perdí todo lo que tenía, pero él había perdido algo más, posiblemente se había perdido a él mismo.



Tardaré mucho tiempo en volver a las carreras, no me gustaría volver a encapricharme de otro "Lunático" y llegar en calzoncillos a casa. Al salir del recinto solo atinaba a decirle a mi acompañante: "Rai, nos equivocamos de caballo... autre fois"

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